La renovación de viviendas es una tarea bastante complicada cuando se trata de organización e implementación. Abordar una reforma en casa es un proyecto complejo, que implica poner en contacto a muchas partes y que requiere de mucha planificación. Si la reforma que se quiere hacer es integral, mucho más.
Enfrentarse a una reforma integral implica tener en cuenta muchos factores. Y es fácil cometer fallos. El problema de estos fallos es que, aunque parezcan poca cosa, pueden terminar dando lugar a grandes complicaciones. Para evitar esta situación en la medida de lo posible, a continuación vemos cuáles son los principales errores que se deben evitar al reformar una casa.
Presupuesto: subestimar los costos
Las renovaciones a menudo cuestan más de lo esperado. Incluso con un presupuesto aprobado, a medida que se realizan las obras pueden surgir problemas con los que no se contaba. También se puede cambiar de opinión respecto a los materiales o querer añadir cosas sobre la marcha que no estaban planificadas.
Por eso motivo es muy importante hacer una previsión de fondos mayor a lo presupuestado, por si acaso.
Contratación
Cuando se hace una reforma integral se necesitan muchos profesionales para llevarla a cabo: electricistas, fontaneros, albañiles, pintores, etc. Ponerlos a todos de acuerdo no siempre es fácil. Si bien es cierto que algunas empresas cuentan con varios profesionales para abordar diferentes tareas, no siempre se ocupan de todo. Esto puedo provocar retrasos, descoordinación y fallos. Es por eso que muchas personas optan por contratar empresas que se ocupen de todo el proceso, como ANR, un estudio de Madrid que acompaña y cubre todas las etapas del proyecto de reforma integral de una vivienda, un local o cualquier otro inmueble.
Ahorro en materiales
Un error muy habitual a la hora de hacer reformas integrales es abaratar los presupuestos a base de usar materiales de peor calidad. Si bien es cierto que no siempre lo más caro es lo mejor, hay ciertos materiales cuya calidad va ligada directamente con su durabilidad. Además, hay que considerar el uso concreto y el sufrimiento o desgaste que van a sufrir ciertos materiales en condiciones concretas de temperatura, humedad, carga o uso, entre otros.
Por lo tanto, si se quiere ahorrar o reducir el presupuesto es mucho más aconsejable abaratar costes en otras cuestiones que no tengan que ver con la calidad de los materiales, especialmente los básicos.
Elegir el presupuesto más bajo sin comparar
En relación con lo anterior, elegir una empresa o un grupo de profesionales solamente en función del precio no siempre es la opción más acertada. A la hora de valorar un presupuesto hay que considerar cuestiones como los materiales empleados, el tipo de trabajo que se va a realizar, el compromiso de entrega o los acabados finales, entre otros. Cuestiones como los aislamientos o las propiedades de los materiales empleados son muy importantes en el resultado final. Pro ese motivo es muy importante comprobar cada concepto y pedir aclaraciones.
Comprar muebles antes de acabar las obras
Si vas a renovar los muebles tras hacer una reforma integral de tu casa sería mejor que esperes a comprarlos cuando la obra haya finalizado. Esto se debe a que, durante el proceso, puede haber cambios o las medidas pueden no ser las que eran antes de hacer la reforma, especialmente si vas a tirar y renovar tabiques, a poner planchas de pladur o a hacer cualquier otra cosa que pueda hacer que las medidas cambien. Además, sin compras los muebles antes de terminar te verás limitado a la hora de realizar cambios durante el transcurso de la reforma.
Centrarse demasiado en el diseño y la moda
El diseño es importante, no cabe duda. Y también seguir las tendencias. Pero centrarse demasiado en esto puede provocar varios problemas. El primero es olvidarse cuestiones de base mucho más importantes para el éxito del proyecto de reforma. El segundo tiene que ver con el hecho de que las modas pasan y ser demasiado estricto puede resultar mala idea a medio plazo. Por último, no hay que olvidar que ir a la moda suele implicar pagar mucho más simplemente por cuestiones de diseño.
No tener en cuenta la eficiencia energética
A la hora de reformar una vivienda la eficiencia energética debería ser una prioridad. No cabe duda que mejorar la eficiencia energética encarece el precio de la reforma, puede que mucho, entre aislante, ventanas y otros elementos. Pero esto es algo que compensa a medio plazo, puesto que se reduce drásticamente el consumo energético y, además, aumenta la comodidad. Si realmente es necesario ajustar el presupuesto hay otras muchas cosas en las que se pueden reducir costes sin necesidad de sacrificar eficiencia energética y calidad de los materiales.
Hacerlo uno mismo con poca o ninguna experiencia
No es raro tener inquietud por hacer reformas en casa uno mismo. Pero cuando se trata de proyectos grandes, querer adelantar trabajo uno mismo cuando no se tiene experiencia o se tiene poca no solo puede retrasar la realización del proyecto. Si se hace mal puede incluso salir más caro. Por no hablar de las muchas implicaciones negativas que puede tener en términos de seguridad, entre otras.